
Es cierto, siento una especial animadversión por Lewis Hamilton (y que conste, no soy "Alonsista") desde el día en que durante ese Gran Premio de Canadá del año pasado chocó deliberadamente, desde mi punto de vista, a Kimi Raikkönen cuando éste último esperaba el verde del semáforo en el pitlane.
Podríamos decir que Kimi, indirectamente, se ha tomado revancha de tal incidente, ya que hace pocos minutos atrás, en el Gran Premio de Italia (dulce coincidencia: cuna de Ferrari y circuito prácticamente local de la "Scuderia") durante la última vuelta de carrera: Hamilton tercero y Raikkönen cuarto, al parecer vino el "ojo por ojo" y Lewis perdió el control de su MP4/24 Mercedes en la "Curva di Lesmo" de Monza, estrellando su coche contra el cinturón de neumáticos y de pasada, regalando a Kimi (o más bien, devolviendo a Kimi) el lugar que le permitiría subir al podio... así como un regalo para los tifosis alrededor del mundo.
Evidentemente, para mí el tercer puesto de Kimi está más que merecido: persistió y aun a un ritmo más bajo en comparación con el Mercedes de Hamilton, dió la pelea, y eso se recompensa en Formula 1... ejemplos sobran.
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