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lunes, 12 de octubre de 2015

"Ayrton, o herói revelado" - Capítulo 2.6: "El primer amorío"

Ayrton Senna (izq.) y Ron Dennis (der.) caminando hacia boxes. 1988.

El plan de Ron Dennis era simple: ofrecer a Ayrton Senna, estrella de la Formula Ford 2000 de la temporada 1982, 100 mil libras esterlinas, lo que cubría todos los sponsors que Ayrton tenía para la temporada 1983 de Formula 3, para que él firmase por una opción de correr por McLaren a partir de 1984. Ron tenía la certeza de que cualquier piloto joven del mundo llegaría a vender a su madre con tal de recibir semejante oferta. Al día siguiente de la reunión de Ron con Ayrton, el socio de McLaren, Creighton Brown, quien sugiriera la flamante contratación, percibió que algo no había tenido éxito. Ron estaba furioso.

No lo vas a creer. Le ofrecí todo lo que estaba en el acuerdo. Pero no me importa: si ese hijo de su madre viene de rodillas en el futuro, jamás le voy a ofrecer otro trabajo.

Perplejo, Creighton quiso saber lo que había acontecido. Y Ron le explicó:

Él quería un 100% de garantía de que, en 1984, el McLaren sería capaz de vencer el campeonato. Nunca vi tanta arrogancia en un principiante en toda mi vida. Tuvimos una gran discusión y no llegamos a un acuerdo. Él quería tener opciones abiertas y yo no podía garantizar que nuestro coche sería campeón apenas comenzara a correr para nosotros.

Ron estaba escandalizado. Creighton también se impresionó, pero optó por provocar a su socio:

Ron, algún día te vas a tragar tus propias palabras.

McLaren fue campeón en 1984, con Lauda, en 1985, con Prost, y en 1986, con Prost nuevamente. Ni Ron Dennis podía preverlo. Y Creighton Brown estaba en lo cierto: Ron tuvo que tragarse la promesa de jamás contratar a aquel brasileño insolente. No era insolencia. Tampoco era el óptimo paquete financiero que Ayrton ya había asegurado para disputar la Fórmula 3 en 1983. La propuesta de Ron Dennis, en realidad, no garantizaba de forma clara que Senna pilotaría un McLaren en 1984. El equipo tendría la opción, pero no la obligación de darle un coche a Senna.

Además de eso, Ayrton tenía en la memoria relatos de Chico Serra sobre tiempos difíciles que él había pasado bajo el mando de Ron Dennis, en el equipo Project Four de Fórmula 2. Una relación descrita como pésima por Dennis Rushen. Pero no era todo, Ayrton ya había sido descubierto por otros jefes de equipo de Fórmula 1, como mostraban los recados que Bernie Ecclestone, de Brabham, Peter Warr, de Lotus, Frank Williams y Alex Hawkridge, de Toleman, comenzaron a dejar en la casa de la madre de Keith Sutton, en aquel entonces doble de fotógrafo y asesor de Senna. Su carrera en la Fórmula 1 podría hasta haber comenzado un año antes, en 1983, si él hubiera aceptado la oferta del equipo Toleman. Bastaba obtener la superlicencia, disputando algunas pruebas de Fórmula 3. Senna rechazó tal opción y Alex Hawkridge, que acabó siendo su primer jefe un año después, sólo no concordó con la explicación:

Él quería probarse ser el mejor en la Fórmula 3. Estaba desesperadamente ansioso por demostrar eso para sí mismo y para el resto. Algo medio ridículo. Cualquiera que se de el trabajo de mirarlo iba a percibir que él era un talento excepcional.

El dueño de la Toleman tenía una cierta razón: en la conquista del título europeo de la Fórmula Ford 2000 en Jyllandsring, Dinamarca, el 22 de agosto de 1982, Ayrton cruzó la bandera a cuadros, a los llantos, con una ventaja de 27 interminables segundos sobre Calvin Fish, el segundo posicionado. El título inglés fue conquistado días después, con la confirmación de una victoria de Senna en Snetterton. Ahora era escoger el equipo de Fórmula 3.

El autódromo de Silverstone fue el escenario de la primera prueba en la categoría, que tiene más potencia, neumáticos más anchos y mayores opciones de aerodinámica que los coches de la FF 2000. Ayrton necesitó de 20 vueltas para bajar el récord del piloto oficial del equipo Jordan, James Weaver, y de otras diez, ya entrada la tarde, para pulverizarlo. Se fue a casa dejando uno que otro ajuste de suspensión y aerodinámica que, rigurosamente mantenidos, garantizarían a James Weaver, a aquella altura aún disputando el título europeo de la Fórmula 3, tres victorias consecutivas.

Senna recibió una oferta de Eddie Jordan, el dueño del equipo, pero la rechazó. Eddie se haría su gran adversario. Martin Brundle, el gran rival de Senna en la Fórmula 3, sería el contratado. Antes de probar el coche de otro, a West Surrey Racing, Ayrton tenía, como referencia, el hecho de que su ex-adversario de los tiempos de la Fórmula Ford, el argentino Henrique Mansilla, era uno de los pilotos y, lo más importante, estaba venciendo carreras: “Si Mansilla está andando tan bien en el coche es porque el coche es muy bueno.” Senna estaba en lo correcto. El coche era muy bueno y, en las palabras del futuro jefe, Dick Bennetts, salió volando así que Ayrton entró en el cockpit y aceleró, en la primera vuelta de la primera prueba.

Para confirmar la óptima impresión inicial, Ayrton decidió disputar una carrera no-oficial del campeonato en Thruxton, el día 13 de noviembre. Hizo la pole, venció la carrera y realizó la vuelta más rápida. Trato hecho con West Surrey Racing.

Siguiente parada: WSR. Aquí la recreación virtual del P03
con el que disputó Ayrton Senna la F3 Británica en 1983.

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