
Ayer fue un día genial, creo que muy pocas veces en el año lo he pasado tan bien como ayer... y es que me veía al borde del precipicio, pero no del precipicio del abismo (ningún sentimiento de angustia o melancolía), sino atado a una soga que estaba amarrada y yo con el deseo de lanzarme, de caer y dejarme llevar por la emoción y la euforia, descargando todas mis reprensiones... todas las cosas malas que me han pasado, las pérdidas, el stress, la presión interna, TODO. Es un instante de frenesí y de entrega absoluta... lo mejor de todo es que uno termina con una sensación de tranquilidad y sosiego. Lo mejor de todo es, sin duda, la sensación de que lo malo pasa por algo pero pasó =D.
Más allá de la misma sensación, no hay nada mejor que distraerse un poco, desconectarse del mundo por un instante y contagiar esa euforia a personas que estimas mucho.
Grax Jona, Eve, Javi, Clau... ;)
Tagadá! Tagadá! Tagadá! =P
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