Cuando el silencio se hace presente y pasan y pasan los días... se hace necesario preguntar a uno mismo si realmente ha adquirido una importancia lo que has entregado a alguien, o sencillamente preguntarte si ese alguien está haciéndose la misma pregunta sobre el otro. La lucha interna: saber hasta cuándo esperar, cómo romper el silencio, qué palabras utilizar y si una eventual respuesta llegase a tomar el mismo periodo de tiempo en ser recibida.
¿Mañana? ¿El lunes? ¿Próxima semana? ............................ ¿Esperar a que ella ceda primero?
Esperar o no esperar: he ahí el dilema...
Balance: 4 días esperando respuesta y contando...
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