GP de Brasil, Circuito de Interlagos, Sâo Paulo - La carrera final de la Formula Uno 2008 sin duda será recordada como una de las más emocionantes y dramáticas de la historia de este deporte... quizás tanto o más que la final del año pasado, pero algo es cierto, nuevamente un título mundial se define en la última fecha. Sencillamente hubo de todo, desde una lluvia que vaticinaba una final llena de spray por el circuito y resbalones de los pilotos hasta una disputa por el campeonato entre
Felipe Massa (
Scuderia Ferrari Marlboro) y
Lewis Hamilton (Vodafone McLaren Mercedes) que parecía depender de pilotos que poco y nada tenían que ver con el duelo (Timo Glock y Sebastian Vettel).
Tuve el privilegio de ver esta carrera en directo, sabía que CHV no transmitiría el evento al mediodía ya que comenzaba a las 2 PM (horario de Chile), 3 PM (horario local) y por lo demás los comentarios de Tapia y Schmauk quedan chicos frente al verdadero espionaje comentarista de los de Telecinco España =O, en fin, apenas largó la carrera había expectación, varios nubarrones negros se asomaban por el cielo Paulista que alguna vez vió a Ayrton Senna ganar bajo él y Massa rápidamente aseguraba el primer puesto... Hamilton debía finalizar sexto para que el piloto de Ferrari se coronara campeón y era una tarea tan utópica como la que requería Raikkönen en 2007, en el mismo circuito, bajo las mismas condiciones en la tabla de pilotos para adjudicarse el máximo trofeo.
Por momentos parecía que a Massa se le abría una ventana de esperanza, mas se cerró de golpe cuando Hamilton comenzó una remontada que lo puso en el quinto puesto... y después en el cuarto, todo parecía que el piloto inglés ganaría el torneo. De pronto, ocurre lo inesperado... la Formula Uno a veces trae sorpresas inesperadas y si nos ve sentados, aburridos y seguros de un posible desenlace... en una milésima de segundo nos puede poner con los pelos de punta. En efecto, a 10 vueltas del final las oscuras nubes comenzaban a abarcar más y más el coliseo brasilero... los técnicos de Ferrari y McLaren atentos... podía llover cuando menos se lo esperaran. Un aguazón perfectamente podía
cambiar las cartas sobre la mesa, pero no cayó. Nuevamente al sillón desilusionados, pero alto, de pronto Hamilton se vio sobrepasado por Sebastian Vettel (
Toro Rosso Ferrari) y Timo Glock (
Toyota) y quedó increíblemente en la sexta ubicación, lo más infartante:
sólo quedaban 2 vueltas para el final y fueron las más dramáticas de este año... pendía de un hilo el campeonato tanto para el piloto brasilero como para el inglés y grité toda esa vuelta... por momentos Hamilton veía lejos a Vettel (estaba quinto) e incluso en ocasiones su coche derrapó, entonces ahora el festejo se acercaba.
Pero como la F-1 es así, de la gloria pasas al abismo, y Hamilton de pronto vio como sobrepasaba a un coche blanco con rojo, que pasaba raudo a su costado... era Glock (que estaba cuarto)
[foto arriba], yo personalmente no lo percaté, quizás en medio del éxtasis quise pensar que era un rezagado... pero no, era Glock... Hamilton estaba quinto y poco a poco Massa se acercaba a su victoria en la carrera. En Ferrari al parecer ya preparaban la champaña, es más,
cuando Felipe cruzó la línea de meta la transmisión internacional enfocó a unos mecánicos del equipo junto a su padre festejando pero su alegría de fue de golpe cuando vieron el tablero:
5 - HAM. Massa perdió el campeonato de F-1 por un punto, el mismo punto con el que Raikkönen se adjudicó en 2007 por sobre Lewis Hamilton y Fernando Alonso... el máximo galardón de la F-1.
Fue la revancha del inglés... yo no lo podía creer... pero así es este deporte. Ferrari deberá hacer un mea culpa tras esta fracasada temporada (paradójicamente, aunque ellos se llevaron el título de constructores) ya que cometieron errores, y esos errores pudieron haber desencadenado en la pérdida del trofeo para Felipinho.
[A pesar de haber ganado la carrera, no pudo ganar el campeonato
"Todo salió bien, pero no fue perfecto"]
Ayer mientras estaba en el culto navideño en mi iglesia vi cómo algunos chicos agradecían a Dios por sus buenos resultados en la PSU, intentando rescatar que el objetivo primordial había sido cumplido satisfactoriamente. Yo, en cambio, me veía sentado en la banca cabizbajo... por algún motivo no me sentía feliz, no me sentía satisfecho, sentía como si algo me turbara en ese momento. Entonces muchas dudas vinieron a mi cabeza, las mismas que sentí en el momento en que vi los resultados... ¿cómo me fue? ¿era lo que yo esperaba? ¿por qué no pude obtener más? ¿qué hice mal?
