Tal cual sucedió ayer una vez finalizadas las Libres 3, hoy en la madrugada, poco más de una hora antes de que comenzara la carrera aquí en Chile (a eso de las 04:00 AM) volví a quedarme dormido sobre la cama. Desperté asustado porque ayer, en la misma maniobra, me perdí la clasificación (programada para las 03:00 AM) y cuando abrí los ojos el Sábado ya eran pasadas las 06:00 AM. Lo bueno fue que hoy esta vez no pasé de largo, pero perdí una hora de carrera, corrí al laptop que estaba encendido y con internet conectado, busqué una señal stream en un website y listo: GP de China, faltaban 15-20 vueltas para el final. Desilusión enorme, detesto perderme algo que me guste aunque sea el comienzo.

Pero como si se tratara de un milagro vi una sigla: "MAS" en las primeras posiciones, tercero específicamente. Era Felipinho, por alguna u otra razón estaba adelante... Alonso luchando aún desde atrás... no sabía qué había pasado. Sentí que me volvía el alma al cuerpo, quizá por unos segundos parecía que veía una carrera de 2008, era una sensación similar a lo que sentí en la carrera de Hockenheim el año pasado, desde que vi a Felipe adelantar a Vettel en la primera curva y ponerse líder de la prueba hasta ese maldito mensaje por radio, por si no pudiese ser mejor (considerando la supremacía por ahora de RBR) escaló una posición y se ubicó segundo.

De pronto veo que Massa iba sólo a dos paradas, mientras que el momentáneo líder Vettel iba con tres, Hamilton que estaba cuarto iba con tres, Button-Rosberg-Webber a la caza por detracito con tres... posteriormente, casi como una maldición apenas comencé a "ubicarme" dentro de la carrera, Massa comenzó a bajar el ritmo, golpe duro a la realidad. Hamilton se acercó y lo pasó dejándolo tercero, luego Button se aproximó y le hizo pelea... Rosberg detrás de éste último aprovechó el trencito y los pasó a ambos, pero se pasó de frenada en la penúltima curva y Felipe recuperó la posición perdida... no aguantó mucho: Button lo pasó y cayó al cuarto. Casi como un rayo el alemán de Mercedes GP lo hundió al quinto en medio de una salida de pista en la última curva por parte del paulista. Webber, en una endemoniada remontada desde abajo, se fué encima como una avalancha y Felipe nada que hacer: sexto.
Ni la lucha por las primeras posiciones que hubo sobre el final de carrera entre Vettel y Hamilton, que acabó ganando éste último, ni el término por acto seguido de la hegemonía del campeón del mundo en las carreras de 2011 que iba llevando hasta el momento, hicieron que levantara el rostro. Fue un mal sabor de boca... no por la actuación de Felipe que estuvo soberbia, de hecho pese a la caída súbita sobre el final, acabó delante de Fernando una vez más, lo cual ya lo deja 2-1 en ventaja sobre el asturiano en el mano-a-mano interno en Ferrari. El tema es que ese sentimiento de ver cómo Felipe pasaba de acariciar el podio a hundirse lentamente en una agonía por el desgaste de neumáticos (definitivamente las dos paradas le pasaron la cuenta) y lo poco que tira el coche en carrera comparado con RBR y McLaren, cayendo posiciones y sin el mínimo derecho a aspirar a algo más pese al esfuerzo, es algo que a mí en lo personal me desilusionó tremendamente.
Siento que sigo siendo un egoísta... ni aun viendo a Felipe llegando delante de Fernando me conformo, definitivamente me he quedado con esa imagen del brasileño ganando carreras o al menos, con un escalón asegurado en el podio. Si el 150° Italia fuese más... si sólo fuese más...

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