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viernes, 27 de agosto de 2010

"Ayrton, o herói revelado" - Capítulo 1.4: "El español"

Ayrton y Tchê, grandes amigos e inseparables en los tiempos del karting paulista.

Maurizio Sandro Sala comenzó a competir en karts seis meses antes que Ayrton, en 1973, en la categoría Junior. Había hecho el prestigioso curso en la escuela de pilotaje de Carol Figueiredo y la preparación de su motor en el taller del español Lucio Pascoal, o “Tchê”. Maurizio fue la sensación en el kartódromo de Interlagos, hasta que un día Tchê advirtió: “Tiene un niño muy bueno que está entrenando en la pista de Anhembi”.

Era Ayrton, quien venía de una seguidilla de victorias en la categoría Principiantes y Novatos, y estaba llegando a la categoría Junior. Lo que vimos con los dos pilotos, a partir de la primera carrera donde ambos estuvieron en la misma pista, sólo fue un enredo hasta la final de la temporada: colisiones, giros y salidas de pista en todas las ocasiones, sin excepciones, en que Ayrton y Maurizio disputaran posiciones. La razón de tantos problemas, Maurizio recuerda 30 años después, fue una: "Él era realmente más rápido. No me dejó pasar." Más tarde ese año, Maurizio cambió de categoría pasando a Piloto de Competición (PC). Ayrton permaneció en la categoría Junior. Ambos nunca más volvieron a enfrentarse en competiciones oficiales y fueron amigos por el resto de sus vidas. Maurizio y otros conocidos de Ayrton que no pudieron con él en la pista recordaban que, desde el primer momento, Senna dispuso de un equipamiento de calidad y un “compromiso más profesional” que, desde el punto de vista de Maurizio, se debió a la actitud de su padre (Milton): “El estilo Miltão era así: si lo vas a hacer, hazlo bien”. Hacerlo bien incluía, de acuerdo con la indicación hecha por el piloto Aloísio Andrade a Milton da Silva, destinar el kart de Ayrton a las manos de Tchê.

- Si quieres tener un buen motor, habla con el español de Mooca.

Dicho y hecho. El miércoles 26 de Junio de 1974, Milton y Ayrton, por aquel entonces de 14 años, se dirigieron hasta la oficina de Tchê, en Mooca, para pedirle que el motor del kart estuviese listo ya para la carrera de ese año, en Interlagos (kartódromo). Tchê sabía lo que había que hacer con el motor y el coste ascendía a 361 mil cruzeiros (aproximadamente USD 205 o 140 euros). La reacción de Milton, según lo afirmado por Tchê, fue la primera señal de una relación que nunca dejaría de ser frágil y difícil entre ellos.

- Es demasiado económico para que sea bueno.
- Va a ser bueno. Y si el pequeño tiene un buen ritmo, vencerá.


El acuerdo se concretó. En pista, durante los entrenamientos, el “pequeño” tuvo la primera lección de aquel español que tenía, en común con su padre, una poca frecuencia en sonreír. Senna estaba atravesando a bordo de su kart por las curvas, creyendo brindar un espectáculo.

- Chico, ¿quién te enseñó a conducir así?
- Lo aprendí solo, en la pista de Anhembi.

- No es así. Trata de andar más ‘redondinho’ (no entender el significado de la palabra en contexto =___= lo siento).


El domingo, Tchê tuvo el orgullo de agitar la bandera a cuadros para la primera victoria oficial de Ayrton Senna da Silva. Esa foto de la bandera agitada se volvió una especie de marca prestigiosa en su oficina. Luego, en los primeros días de trabajo con el pequeño, Tchê vio algo que no había visto y que jamás volvería a ver en sus 30 años dedicados al karting. Ayrton salía a entrenar llevando, en su mano izquierda, un cronómetro. Un caso curioso de la doble función tanto de piloto como de jefe de equipo que cumplía. Senna no cronometraba la vuelta completa, él dividía el tramo del kartódromo de Interlagos en cuatro tramos y experimentaba haciendo diferentes frenadas, trayectorias, aceleraciones y reglajes que le dieran algunas décimas o centésimas de segundo. Para quien asistía a ver sus entrenamientos, se le veía lento ya que sólo corría al límite en uno de los cuatro tramos por cada vuelta que completaba.

Sólo en el momento en que se recolectaban todos los tiempos era cuando el kartódromo descubría que el kart número 42 era casi siempre el más veloz. Sin el cronómetro en la mano izquierda, bueno, él juntaba en una vuelta rápida todo lo que había aprendido por separado en cada uno de los cuatro tramos del circuito. Charles Marzanasco Filho, piloto en esa época y futuro asesor de prensa de Ayrton en la Formula 1, recordó el resultado plasmado: Foto – Junio 1974. La primera victoria de Ayrton Senna en la categoría Junior, Interlagos. Quien agita la bandera es Lúcio Pascoal, o “Tchê”, el preparador que acompañó a Ayrton hasta su llegada al automovilismo. “El tenía un modo muy especial de frenar. Inclinaba el kart de lado y parecía que el motor se iba a apagar. Se deslizaba por toda la curva hasta la salida, cuando el motor volvía a funcionar ahora con las ruedas en una posición perfecta de adherencia para retomar la acelerada. Ayrton era mucho, mucho más rápido que los otros”. Un piloto en particular, quiso entrar a la prueba en pista.
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1 comentario:

  1. Gracias por esta nueva entrega, se aprecia mucho. Es impagable el documento que estás armando, así como las anécdotas que encuentro aquí.

    ¡Mis felicitaciones y a seguir tirando!

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